Bernard Madoff, quien estafó a inversionistas, trabaja en una cárcel de EU cuidando teléfonos; se despierta a la 4:30 de la mañana y su sentencia de 150 años termina en el año 2139.
NUEVA YORK — Bernard Madoff llegó a tener miles de millones de dólares, pero ahora gana 40 dólares al mes haciendo labores en la cárcel.
"Solía trabajar como empleado en el economato, y ahora estoy al cuidado del teléfono y los sistemas informáticos", contó Madoff vía telefónica desde una prisión federal en Carolina del Norte. Su cuenta de teléfono en la cárcel no tenía saldo, así que la llamada a CNNMoney la hizo a cobro revertido.
En cuanto al mantenimiento de las computadoras y los teléfonos, Madoff dijo que tiene que "asegurarse de que estén funcionando y estén limpios", pero subrayó que esta labor no requiere ninguna habilidad técnica.
Es una realidad muy lejana a la de su vida anterior. Quien otrora dirigiera su propia firma financiera, Madoff se identifica ahora como el recluso #61727-054 en el Complejo Correccional Federal de Butner.
Está cumpliendo una condena de 150 años después de declararse culpable, en 2009, de desviar 17,500 millones de dólares de miles de inversionistas, estafándolos gracias a un fraude piramidal mantenido por muchos años.
Dijo que sólo labora "pocas horas al día", lo que le deja mucho tiempo para reflexionar sobre su caída.
"Por lo general estoy despierto a las 4:30 de la mañana porque no puedo dormir", dijo Madoff, de 75 años, quien sería liberado hasta el año 2139.
Su entorno en una prisión de mediana seguridad dista mucho de su pasada vida cómoda. Cuando su colosal esquema Ponzi se deshizo en 2008, Madoff tuvo que renunciar a su departamento de 7 millones de dólares en Manhattan, a una casa de playa en Montauk, Nueva York, dejó atrás sus casas en Florida y Francia, así como un yate llamado ‘The Bull'.
Madoff hizo grandes esfuerzos para dejar a su familia al margen de sus fechorías financieras, pero no funcionó.
Está especialmente atormentado por el suicidio de su hijo mayor, Mark, quien se ahorcó en el segundo aniversario del arresto de su padre, en 2010.
"Fui el responsable de la muerte de mi hijo Mark y eso es muy, muy difícil", dijo. "Yo vivo con eso, vivo con el remordimiento, con el dolor que le causé a todos, a mi familia, y a las víctimas".
Su hermano menor, Peter, de 67 años, está cumpliendo una condena de 10 años en una prisión federal de mediana seguridad en Carolina del Sur, después de declararse culpable de encubrir el fraude financiero.
"Obviamente, la principal preocupación que tengo es estar lejos de mi familia", dijo. "Casado desde hace 50 años, yo tenía una familia muy unida".
Madoff afirmó que su fraude comenzó después del crash bursátil de 1987, conocido como Black Monday o Lunes Negro, una huida masiva del mercado de valores de la que nunca se recuperó realmente.
Allí fue cuando convirtió a sus inversores en víctimas, pero él insiste en que nunca tuvo intención de que su crimen durara tanto tiempo.
"Sin duda nunca fue mi intención que esto sucediera", dijo Madoff. "Pensé que podía arreglármelas para salir de una situación temporal, pero las cosas cada vez se torcían más y más, y no tuve el valor de admitir lo que había hecho. Esto creó un problema mayor".
Muchas de las víctimas del "problema" al que alude Madoff habían deseado que sufriera en la cárcel. Pero Mike De Vita, una víctima de Madoff coautor del libro ‘The Club that No One Wanted to Join', observó que "la vida para él es buena en cierto sentido".
De Vita no cree que Madoff sienta un verdadero remordimiento por el daño que causó a los demás, incluso a su propia familia. Desechó el remordimiento de Madoff como "palabras, puras palabras".
"¿Cómo puede un padre meter a sus dos hijos en un negocio que él sabe no es más que una organización delictiva a escala masiva?" preguntó De Vita. "Si tiene tan poca consideración por su propia familia, ¿cuánta consideración crees que tiene para nosotros?"
